Los perros son los mamíferos que tiene la mayor variedad racial, y cuentan con la diversidad más compleja y diferente de todas las especies conocidas del mundo actual. Esta realidad, este no es el producto exclusivo de la selección natural, sino de la intervención interesada de la mano del ser humano.
Las necesidades prácticas cotidianas, operativas, culturales, geográficas y emocionales del ser humano en los diferentes lugares en el mundo son las que forzaron los cambios y la diversidad.
La observación y la selección deliberada, según los objetivos deseados, fueron los que lograron un perro para cada necesidad. Hemos sido los propios seres humanos los que hemos diseñado, armado, “fabricado” y desarrollado a los perros, teniendo como resultado tamaña variedad, profundizando genéticamente algunas de las características más salientes y llamativas del lobo.
Todo esto se plasmó como resultado inicial, hace aproximadamente 30.000 años o algo más, a partir de los lobos.
La explicación de cómo surge el perro pudo ser a través de una división entre dos poblaciones de lobos. Una de ellas se habría convertido más tarde en los perros domesticados.
De esta forma, los lobos se irían seleccionando a sí mismos a medida que se acercaban a los humanos para comer restos de sus comidas. El hambre y la necesidad pudieron ser los motivos. Y la mayor mansedumbre, o bien la valentía y la curiosidad de esos lobos, sería la causa.
Fue entonces cuando los antepasados de los perros modernos se empezaron a separar de los lobos. Esos antecesores eran los lobos más confiados, los más atrevidos, los menos cobardes y los más curiosos. Ellos fueron la piedra fundamental del máximo logro biológico del hombre a través de la historia natural: el perro.
Sobre esa población de lobos más mansos, el hombre trabajó cruzándolos, según las características que observaba y las funciones que necesitaba.
Podríamos decir que el perro es, entonces, producto de la suma de una selección natural casual, de la observación y la curiosidad del hombre, y del maravilloso mecanismo de prueba y error a través del tiempo.
Por entonces, el hombre observó que algunos de los lobos que se le acercaban más tenían, o iban adquiriendo por cruzamiento casual o por mutación repentina, alguna característica que le servía o le interesaba funcionalmente.
La fase siguiente fue, sin duda, la efectiva y real domesticación de estos lobos y su progresiva transformación en perros por parte de los humanos.
Con el paso del tiempo, el perro se fue integrando a la forma de vida de nuestros antepasados de la antigüedad, compartiendo sus diferentes actividades cotidianas.A causa de mutaciones, el clima de las regiones y las necesidades y preferencias humanas, las razas de perros fueron cada vez más numerosas y diferentes. De esa forma surgieron las primeras razas de perros.
El perro sin raza o mestizo, es posterior a la existencia de estas categorías raciales y surge cuando la casualidad, la permisividad, las posibilidades permitieron estos cruzamientos interraciales.
Actualmente, los perros sin raza, los llamados mestizos, o “cordón vereda terrier” son la mayoría de la población canina mundial y merecen nuestro respeto y consideración por su destacadas características sin desconocer su verdadero origen.
*El Prof. Dr. Juan Enrique Romero @drromerook es médico veterinario. Especialista en Educación Universitaria. Magister en Psicoinmunoneuroendocrinología. Ex Director del Hospital Escuela de Animales Pequeños (UNLPam). Docente Universitario en varias universidades argentinas. Disertante internacional.
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