F1 es la nueva película dirigida por Joseph Kosinski, que, tras el éxito de Top Gun: Maverick, ha decidido trasladar su visión de la acción a la Fórmula 1, un mundo tan vertiginoso como peligroso.
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En este proyecto, Brad Pitt asume el papel protagonista de Sonny Hayes, un veterano piloto de F1 que regresa a las pistas para formar equipo con un joven prometedor interpretado por Damson Idris.
A lo largo del rodaje, Kosinski logró integrar varios elementos que aportaron a la película un realismo y una autenticidad sin precedentes. Sin lugar a dudas, la influencia de Brad Pitt, el enfoque único del director sobre los personajes y la acción, la participación de Lewis Hamilton, así como la integración de las carreras reales en la producción, constituyen los pilares que sustentan el éxito de esta obra cinematográfica.
Además de ser el rostro principal de la película, Brad Pitt tuvo una influencia directa en la forma en que F1 se concibió y se desarrolló. Desde un principio, Joseph Kosinski sabía que el realismo de las escenas de conducción de Fórmula 1 dependía en gran medida de las habilidades de Pitt al volante.
“Si Brad no podía conducir, la película no iba a funcionar”, dijo el director. Para lograr que las secuencias de conducción fueran lo más auténticas posible, el actor pasó por un riguroso proceso de entrenamiento, que se extendió por varios meses.
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Aunque Pitt no tenía experiencia previa en el mundo de las carreras, demostró una habilidad natural para la conducción, algo que sorprendió tanto a Kosinski como a su equipo.
En ese sentido, el director destacó que Pitt no solo era capaz de manejar los coches de carreras de manera convincente, sino que también mostró una concentración y dedicación que eran cruciales para las escenas de alta velocidad.
Kosinski comentó que “Lewis estaba muy contento de descubrir que Brad tenía una habilidad natural para la conducción”, lo cual facilitó enormemente la tarea del equipo.
Este nivel de preparación y compromiso de Pitt no solo fue esencial para la autenticidad de la película, sino que también permitió que las escenas de acción tuvieran la intensidad y el realismo que el director buscaba.
Aunque las carreras de Fórmula 1 son el centro de la acción en la película, Joseph Kosinski ha insistido en que la historia de la F1 va mucho más allá de la velocidad y el espectáculo. En lugar de centrarse únicamente en la adrenalina de las pistas, el director se ha enfocado en desarrollar personajes profundos y una narrativa emocional que se basa en temas universales como la amistad, el sacrificio y la redención.
“La historia es universal, solo que se ambienta en este mundo tan increíblemente emocionante de la Fórmula Uno”, señala Kosinski, quien subraya que la película tiene como objetivo conectar con el público a través de sus personajes más que a través de la pura espectacularidad de las carreras.
Kosinski se enfrentó al reto de capturar la intensidad y la velocidad que definen la Fórmula 1. Para ello, el director no recurrió a efectos especiales o simulaciones, sino que decidió que las escenas de conducción debían ser lo más reales posibles.
Por ello, tanto Brad Pitt como Damson Idris realmente condujeron los coches de F1 durante el rodaje. “Cada vez que ves a Brad o a Damson conduciendo, están conduciendo realmente en uno de esos coches de carreras en una pista de Fórmula 1”, subraya Kosinski.
Una de las decisiones más audaces de Kosinski fue rodar durante los eventos reales del Gran Premio de Fórmula 1. En lugar de construir sets artificiales para simular las carreras, el equipo de F1 aprovechó las oportunidades para filmar en las pistas durante las fines de semana de competición. “Estábamos allí con miles de personas viendo cómo encontrábamos momentos entre prácticas y clasificaciones”, explicó Kosinski.
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